ARAÑA ROJA,
PLAGA CON GRAN CAPACIDAD PARA
DESARROLLAR RESISTENCIA A ACARICIDAS
Entre las diferentes prácticas para el manejo ecológico de plagas de la fresa como
la araña roja --así como enfermedades de los cultivos-- se prevé la utilización de
métodos de control natural, cultural, físico, mecánico, biológico, fitogenético, legal
y químico. El manejo propuesto es compatible con el concepto de la agricultura sos-
tenible y responde a los principios de activos presentes en los extractos o residuos
de determinadas plantas con propiedad insecticidas o fungicidas o a minerales en
calidad de elementos químicos puros como Ca, S, Cu, B, entre otros que no tienen
poderes residuales prolongados.
La plaga más importante de la fresa es la araña roja, Tetranychus urticae Koch, 1836 (Acari: Tetranychidae) especie que al alimentarse de la savia de la planta reduce su vigor, calidad y rendimiento. Su combate se sustenta en la aplicación calendarizada de acaricidas. La capacidad de la plaga para resistir acaricidas se debe a una amplia variación genética heredable en la respuesta a acaricidas, una elevada tasa reproductiva dado que cada hembra puede depositar 50 a 100 huevecillos viables durante su vida, y el tiempo generacional de 7 a 14 d, dependiendo de la temperatura. Al principio del ataque de este ácaro, el síntoma más corriente son punteaduras decoloradas y manchas amarillas. Posteriormente las hojas se abarquillan, se secan y se caen. Las hojas afectadas presentan una zona amarillenta en el haz que corresponde a la existencia de colonias en el envés. Cuando el ataque de la araña roja ocurre en grandes cantidades las distintas manchas se unen entre sí y llegan a afectar a toda la hoja, que acaba secándose y cayendo. Los daños pueden ser importantes, sobre todo en tiempo seco y caluroso, cuando las generaciones de araña se incrementan con rapidez; el ambiente cálido y seco de los pisos favorece su ataque. En ambiente húmedo no se desarrolla, por lo que es muy bueno pulverizar con agua sola. Por tal razón es una plaga típica de verano, favorecido por el calor y la sequedad del ambiente. De hecho, en un cultivo con riego por aspersión no hay araña roja.
Los daños directos son producidos por los estiletes y la reabsorción del contenido celular debido a la alimentación sobre las partes verdes de la planta. Este daño va acompañado de una decoloración más o menos intensa de los tejidos. Los primeros síntomas se suelen ver primero en las hojas senescentes y son una leve tonalidad apagada de las hojas que posteriormente va evolucionando hacia un amarillamiento parecido al de la clorosis férrica, que puede llegar al necrosamiento del tejido afectado y marchitez de toda la planta en casos extremos. Los signos que presenta son la presencia de punteaduras o pequeñas manchas de color amarillento en el haz. Por el envés de la hoja puede verse la araña en todos sus estadíos, y tela. En casos de grandes poblaciones puede llegar a desecar la planta por completo, aunque los daños más importantes se producen en los primeros estados vegetativos de la planta, lo que provoca un retraso en el crecimiento de la planta.
El daño causado por este fitófago se debe a su actividad alimenticia, para alimentarse el ácaro inserta sus estiletes en el tejido de la hoja, succionando el contenido de las células epidérmicas y parenquimáticas. El vaciado causa el colapso y muerte de las células que originan manchas cloróticas en las hojas disminuyendo la tasa de transpiración y la actividad fotosintética de la planta. Tetranychus urticae se reproduce mediante partenogénesis de tipo arrenotoca en la que los machos se desarrollan a partir de huevos no fertilizados (haploides), mientras que las hembras se desarrollan a partir de huevos fecundados (diploides). Esta especie presenta una proporción de sexos entre 2:1 y 9:1 a favor de las hembras. Cada hembra adulta puede poner unos 100-120 huevos, con una tasa de 3-5 huevos por día. Sin embargo, estas cifras pueden variar según la cantidad y la calidad del alimento o las condiciones ambientales. Este ácaro tiene alta tendencia agregativa y desarrolla sus colonias en el envés de las hojas donde producen tela en abundancia que les protegen de los depredadores, acaricidas y condiciones climáticas adversas. Además, la tela también se utiliza como mecanismo de dispersión. En condiciones de escasez de alimento o cuando la planta está fuertemente infestada, los individuos se acumulan en el extremo de la hoja o del brote y después por corriente de aire o por gravedad son transportados a otra planta. Tetranychus urticae también puede vivir sobre los frutos cuando éstos están presentes.
Para destacar puntos importantes, la arañita de dos manchas es la principal plaga de una gran variedad de plantas y es catalogada como una de las especies que más daños ocasiona a la agricultura en el mundo. Su alto potencial reproductivo le permite incrementar su población rápidamente de tal manera, que en un corto tiempo puede rebasar el umbral económico si no se toman las medidas pertinentes para su control.
Los ácaros son plagas de los cultivos, atacan en condiciones de sequedad y calor. Cuando los ácaros son muy numerosos, producen una telaraña que cubre las áreas infestadas y se extiende de hoja en hoja, hasta recubrir la totalidad de la planta. Los ácaros succionan la savia. La pérdida de clorofila conduce primero a un moteado blanquecino o amarillento en la superficie superior de las hojas y eventualmente a una decoloración uniforme, bronceada o amarillenta, defoliación, e incluso a la muerte de la planta. Los ácaros pertenecen a la familia Tetranychidae, junto con las arañas y las garrapatas son difíciles de visualizar a simple vista, pero se puede iden-
tificar utilizando un lente X10. Las hembras adultas, miden alrededor de un milímetro de longitud. Los adultos tienen ocho patas y un cuerpo ovoide, con dos manchas oculares rojas cerca del extremo cefálico del cuerpo. Las hembras generalmente tienen una gran mancha oscura a cada lado del cuerpo y numerosas cerdas cubriendo las patas y el cuerpo. Viven en colonias bajo la superficie de las hojas, conteniendo cada colonia centenares de individuos. El término "ácaros araña" proviene de la tendencia a producir una telaraña en las hojas infestadas. Esta red es una forma fácil de distinguirlos de otros tipos de ácaros.
MANEJO DEFICIENTE CON ACARICIDAS
Una de las herramientas más utilizada es el control químico, sin embargo, el mal uso de los plaguicidas ha producido resistencia. La resistencia en esta especie es un problema muy serio en numerosos sistemas de producción y se ha presentado prácticamente con todos los acaricidas. El manejo deficiente de acaricidas contra T. urticae data de más de 70 años, iniciando con los primeros registros en la década de los 30 donde reportan problemas de control utilizando selenesulfito potásico. Posterior a la introducción de los acaricidas organofosforados reportaron problemas en el control de T. urticae, utilizando altas concentraciones de paration metílico. En respuesta a estos inconvenientes se creó la necesidad de contar con acaricidas de larga vida, uno de ellos el dicofol, es un importante acaricida que se ha utilizado por los últimos 25 años y aparece como un candidato positivo para la resistencia.
Desde su introducción en 1956 los acaricidas organoestanosos, fueron utilizados con regularidad, por lo que también a estos productos se han registrado casos de resistencia. Finalmente, algunas poblaciones de T. urticae muestran resistencia a acaricidas más recientes como es el caso de las abamectinas. Considerando entonces, que desde la década de los 50 y hasta finales de los 80, la rotación de acaricidas ha sido mínima y basada casi totalmente en el uso de compuestos organoclorados y fosforados, y que las sustancias de reciente uso ya presentan en algunas zonas problemas de resistencia.
Fuente:
POR ARNULFO CÁRDENAS ROJAS
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