Empleo correcto de fertilizantes al suelo, foliares y compostas.
PEPINO.
Dado que ciertamente el pepino es un cultivo que requiere un contenido de nutrientes elevado en los suelos para lograr un desarrollo máximo, ocurre un déficit de crecimiento cuando se cultiva en suelos pocos fértiles, generando lógicamente rendimientos extremadamente bajos en suelos muy degradados.
Estas consecuencias obligan al productor a buscar nuevas alternativas de cultivos o tratos culturales para mejorar sus resultados, para obtener una máxima cosecha y rentabilidad en sus cultivos, también para generar un producto de alta calidad para el exigente mercado nacional e internacional. Los fertilizantes se utilizan para aportar a los suelos los nutrientes que le hacen falta, que luego de su utilización en varios procesos de cosechas, sin un descanso para su recuperación, no logran recuperarse óptimamente para seguir en el proceso de cultivo de las plantas y provoca un bajo rendimiento en las cosechas. Es así como existen diferentes tipos de fertilizantes utilizados para este fin. Los fertilizantes químicos son los más utilizados en el mercado actualmente y hay una variedad de ellos, aplicables a diferentes necesidades.
Están los fertilizantes convencionales, que son los más comúnmente utilizados en jardines y en la agricultura. A su vez, estos agroquímicos son los elegidos generalmente por su facilidad de absorción. Por el contrario, están los fertilizantes de lenta absorción, que son los que se disuelven lentamente y tardan más en llegar a las raíces los nutrientes necesarios para el desarrollo y crecimiento de las plantas. También están aquellos fertilizantes químicos, combinados con materia orgánica, que se utilizan en todo tipo de cultivos. Otro tipo, son los que se rocían en las plantas, estos aerosoles son abonos foliares y se utilizan para complementar los fertilizantes químicos, que se emplean para un abono mucho más profundo de la tierra.
Podemos también identificar aquellos que se encargan de suministrar las carencias específicas del suelo, de uno o de varios de los nutrientes que se necesitan para el óptimo desarrollo de las plantas. Además de estos tipos de agroquímicos, hay otros creados para cada tipo de planta específicamente y las carencias más comunes de las distintas plantaciones. El nivel de fertilizante que se debe utilizados en cada plantación se debe tener muy en cuenta, y con esto, el tipo de minerales que le hacen falta a los suelos para poder aportárselos a la plantas. A pesar de los beneficios del uso de agroquímicos, trae aparejado un problema. Estos fertilizantes químicos, utilizados en exceso, producen graves contaminaciones a las plantaciones, y a los pozos de agua que se encuentran cercanos a las proximidades de los cultivos.
La necesidad de formas renovables de energía y la reducción del costo de fertilizar los cultivos han revivido el uso de abonos orgánicos en todo el mundo. La mejora de las condiciones ambientales y la salud pública son razones importantes para promover un mayor uso de materiales orgánicos. Los abonos orgánicos pueden sostener los sistemas de cultivo mediante un mejor reciclaje de nutrientes y la mejora de los atributos físicos del suelo. Con el uso de abono orgánico tipo compost se puede lograr un aumento de la producción de hortalizas; es una forma eficiente de incrementar la materia orgánica para conservar la fertilidad del suelo y reducir el uso de fertilizantes sintéticos que contaminan a los suelos dedicados a la producción agrícola.
Este cultivo es de climas cálidos demandando mucha luminiscencia y calor, no obstante, puede producirse en climas templados, considerando que para un buen desarrollo requieren las temperaturas altas. El pepino no presenta adaptación a un clima frío, no obstante, si la temperatura del ambiente es menor a 18° C, puede ser cultivado en un invernadero, siempre que éste cuente con un sistema de acumulación de temperatura. Las temperaturas óptimas para un apropiado desarrollo del cultivo de pepino son entre 25 y 30° C. Dentro del proceso bajo estas condiciones se produce una buena germinación a los dos o tres días de su plantación; la floración que inicia a los veintiocho días posteriores a la germinación; y, la cosecha entre los treinta y dos a treinta y ocho días, de frutos verdes con una maduración menor a la técnica.
Ventajas de la aplicación de fertilizantes de base orgánica.
Los abonos orgánicos constituyen una recopilación de elementos de origen animal, como estiércol, huesos, huevos; y, vegetal como malezas, desechos de cosechas, entre otros. Estos materiales contienen gran cantidad de nutrientes que benefician a los cultivos para el desarrollo y productividad. Estos materiales derivados de materia animal o vegetal tienen una composición química definida con un alto valor analítico que aportan nutrientes a las plantas. Por lo general, el abono se elabora descomponiendo desechos biodegradables, que incluyen papel, hojas, cáscaras de frutas sobrantes de alimentos e incluso jugos de frutas, garantizando que la planta tenga un equilibrio y un acceso adecuado a los nutrientes.
Es importante tener conocimiento del comportamiento de los elementos nutritivos que se emplearán en la fertilización del terreno, con la finalidad de un mejor manejo; así como la evaluación en el proceso que permita observar las mejoras nutricionales tanto en las plantas como en el suelo. El uso de abonos orgánicos en la agricultura sostenible beneficia a los agricultores, los productores, los consumidores y el medio ambiente; los fertilizantes de base orgánica ayudan a: impulsar tanto la eficiencia de nutrientes como el contenido de materia orgánica en el suelo; nutrir el suelo con materia orgánica disminuyendo la dependencia de insumos químicos; restaurar y mantener la fertilidad del suelo para nutrir el crecimiento de las plantas; mejorar la actividad biológica y la biodiversidad de los suelos; mejorar los atributos de calidad de los productos y el rendimiento.
El compost se obtiene de la fermentación de restos orgánicos y vegetales de forma aerobia, en condiciones húmedas, donde la población microbiana actúa en la transformación con una participación del 95%, asegurando un producto homogéneo y nutritivo para el suelo y las plantas. Los microorganismos constituyen el elemento más importante dentro del proceso de elaboración del compostaje, interactuando en la descomposición de los restos orgánicos y vegetales, la aireación y la creación de calor. Los elementos con mayor presencia en la materia orgánica son el carbono y nitrógeno, cuyo exceso no contribuye en un buen desarrollo del compostaje, ya que el carbono retarda el proceso y el nitrógeno genera malos olores. Por lo tanto, es conveniente conocer que el nitrógeno se encuentra en materiales verdes y húmedos y el carbono en aquellos cafés y secos.
El estiércol de vacuno contiene 1.1-3 % de N, 0.3- 1 % de P y 0.8-2 % de K. Estos nutrientes se liberan paulatinamente –al contraste con el fertilizante químico–. El estiércol bovino libera aproximadamente la mitad de sus nutrientes en el primer año. El contenido de nutrientes en el estiércol varía dependiendo de la clase de animal, su dieta y el método de almacenamiento y aplicación.
La gallinaza posee una composición nutrimental que varía de acuerdo con la calidad y cantidad de residuos como plumas, tierra, restos de comida y material de cama. Los mayores rendimientos de forraje seco se obtuvieron con la aplicación por corte de 3 t de gallinaza/ha, aunque no fue diferente estadísticamente del tratamiento con urea –200 kg de N/Ha–. A pesar de esto, parecen recomendables cantidades mayores de 1 t de gallinaza/ha y 50 kg de N/ha/corte, tratamientos que obtuvieron igual comportamiento en cuanto a rendimiento. La producción no respondió a las aplicaciones de cal. La gallinaza se obtiene del sacado de las camas de los gallineros, en las que se encuentran mezclados los excrementos, orín, restos de plumas y el material absorbente que generalmente es paja, aserrín o papel. El estiércol de gallinaza contiene un elevado contenido de nitrógeno y cal.
Los animales monogástricos, como pollos parrilleros y gallinas ponedoras también son ineficientes para utilizar el fosforo, llegando a excretar hasta el 70% de P ingerido en la dieta, ya que al igual que los cerdos, carecen de enzimas para hidrolizar el ácido fítico abundante en granos y alimentos balanceados; por tal motivo, comúnmente son suplementados con grandes cantidades de P en los alimentos. Los residuos de nitrógeno orgánico de animales y vegetales se descomponen, se mineralizan y se humifican en el suelo por acción de los microorganismos. El ganado excreta entre 40-70% del P ingerido en dietas con altos contenidos de este mineral. Las excretas de cerdo, en estado sólido o en su estado líquido –purines–, constituyen una excelente fuente de nutrientes para el desarrollo de las plantas, en forma de abono orgánico. Son un recurso valioso que debe ser reutilizado en las explotaciones, aplicándolo al suelo durante los períodos de cultivo, con el método que más se adapte a las necesidades del productor, en base a las características de la explotación y a las exigencias ambientales.
Utilización del agua y suelo para producir un pepino de buena calidad.
El pepino es tradicionalmente una de las hortalizas más importantes en la dieta humana a nivel mundial. Su elevado índice de consumo se debe gracias a que es una fuente muy importante de minerales, proteínas y vitaminas. Puede además consumirse como alimento fresco en ensaladas o industrializarse.
Por otra parte, la rentabilización en el cultivo de pepino implica una mejora en la utilización de los recursos naturales, agua y suelo. Aunque la industria de los invernaderos nació y se desarrolló en Europa, para principios de los 80 empezó a tomar impulso en América, especialmente en Canadá y algunas regiones de Estados Unidos. En México, aunque desde los años 70 nacen en el altiplano, con flores –sobre todo en los estados de Ciudad de México y de Morelos–, es a finales de los 90 cuando comienzan a desarrollarse en forma importante en la producción intensiva de hortalizas, pasando de 1998 al 2006 –tan solo ocho años– de 600 a más de 6,500 hectáreas.
Al pepino como a las demás cucurbitáceas, no le conviene la alta humedad –punto alto de saturación–, ya que esta condición puede causar problemas fitosanitarios. Es preferible regar espaciada, pero constantemente y con una cantidad media de agua. Las cucurbitáceas son una familia muy sensible. Esto se observa en condiciones como de alta pluviosidad o de bajas temperaturas. La planta de pepino no se afecta por el exceso de humedad, aunque necesita riegos regulares para obtener una buena producción.
Siendo domesticado en Asia y de ahí introducido a Europa, el pepino fue posteriormente llevado a América por Cristóbal Colón. Los tipos más comunes de pepino son el americano, el europeo, el del este medio, el holandés y el pepino oriental.
Los cambios bruscos de temperaturas y los declives térmicos afectan la productividad del cultivo.
La efectividad de la materia orgánica aplicada al terreno de cultivo depende del tipo de suelo y de los materiales empeados. Los estiércoles muy bien descompuestos tienen mejor efecto sobre el estado de agregación del suelo, que los menos descompuestos.
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