Producción del cultivo con la utilización de insumos naturales. CALABACITA
Dentro de la producción comercial de hortalizas, actualmente se concede gran importancia a la necesidad de implementar métodos que permitan, entre otras cosas, mejorar la eficiencia de los cultivos, disminuir la tasa de uso de fertilizantes sintéticos, mitigar los efectos adversos sobre el ambiente y aumentar las ganancias por área cultivada.
En la actualidad, la investigación biotecnológica está mostrando especial interés en la producción hortícola con enfoque sostenible debido a que el uso excesivo de fertilizantes sintéticos ha tenido como resultado la contaminación del ambiente, el decremento de la biodiversidad, la degradación de los suelos y el incremento de los costos de producción. En México, la calabacita, Cucurbita pepo L., es una hortaliza de gran relevancia económica y social; es importante señalar que esta hortaliza se usa en amplia variedad de productos gastronómicos como dulces, cremas, aceites, semillas tostadas, conservas, mermeladas, encurtidos, entre otros. Sus propiedades nutricionales son además un atractivo que la hacen indispensable dentro de una dieta equilibrada: es rica en f ibra, carbohidratos y potasio. También contiene calcio, magnesio, vitamina A, C, y es un antioxidante que ayuda a eliminar radicales libres previniendo el envejecimiento celular y además tiene gran importancia en la dieta porque es un precursor de la vitamina A.
Definitivamente, la producción de esta hortaliza en nuestro país es considerada como una opción de comercio rentable debido a la importante derrama económica que genera a nivel nacional e internacional. México ocupa el sexto lugar mundial como país productor de calabacita y su producción representa 2.6% de la producción global y el 84% es exportado a Estados Unidos, Japón y Canadá. Sin embargo, debido a que los suelos agrícolas pueden ofrecer un bajo contenido de nutrientes, la incorporación de fertilizantes químicos es indispensable a pesar del costo elevado de estos insumos agrícolas. Su uso excesivo ha causado un aumento en los costos de producción, lo que origina una baja rentabilidad y consecuencias negativas en el ambiente, como la degradación de los recursos naturales, se ha optado por alternativas que permitan incrementar la producción, reducir la aplicación de fertilizantes químicos, además de generar una mejor ganancia y conservar el ambiente, mediante el uso de productos de origen orgánico e inoculantes biológicos.
La fertilización biológica se basa en la utilización de insumos naturales dentro de los que se encuentran los abonos orgánicos, compostas, biosólidos y microorganismos como hongos y bacterias, para mejorar la absorción de nutrientes en la rizósfera, producir estimulantes de crecimiento para las plantas, mejorar la estabilidad del suelo, biodegradar sustancias, reciclar nutrientes y favorecer sinergias microbianas, entre otros. Adicionalmente, su uso permite mejorar la productividad por área cultivada en corto tiempo, consumir menores cantidades de energía, mitigar la contaminación del suelo y del agua, incrementar la fertilidad del suelo y favorecer el control biológico de fitopatógenos.
El utilizar fertilizantes biológicos elaborados a base de microorganismos (hongos), generan una mejora en la absorción de nutrientes del suelo, fertilidad del suelo, biodegradan sustancias, favorecen la asociación microbiana, por ende, estimulan el crecimiento para las plantas y productividad. En particular, los hongos micorrícicos arbusculares aportan benef icios como la promoción del crecimiento y mayor nutrición mineral de la planta cultivada. Se tratan de microorganismos del suelo, generalmente hongos y bacterias, que se asocian de manera natural a las raíces de las plantas de una forma más o menos íntima. Los microorganismos promotores del crecimiento y nutrición vegetal facilitan, de manera directa o indirecta, la disponibilidad de determinados nutrientes para las plantas, tales como el nitrógeno, el fósforo o el agua, aunque también los hay que producen f itohormonas, sustancias promotoras del crecimiento vegetal.
Tecnologías para lograr el aprovechamiento de residuos orgánicos.
La productividad de los cultivos depende de la interacción de factores múltiples, ambientales y genéticos, los cuales regulan diversos procesos fisiológicos. Dentro de éstos, la nutrición es un proceso esencial que incide en el rendimiento de las plantas. La producción de cultivos con fertilización orgánica se soporta por la necesidad de obtener alimentos inocuos, y reciclar desechos orgánicos. El desarrollar tecnologías que busquen el aprovechamiento de residuos orgánicos. Con respecto, al empleo de los abonos orgánicos la aplicación de gallinaza procesada, la inoculación de hongos micorrízicos y la combinación de ambas, durante el desarrollo del cultivo de calabacita, generan resultados similares a la fertilización inorgánica, destacando además que estas acciones son prácticas agronómicas competitivas y amigables con el ambiente.
En este sentido, y debido a que la aplicación de abonos orgánicos puede disminuir el empleo de fertilizantes convencionales , se sugiere como alternativa de producción sustentable, combinar materiales orgánicos o utilizar de forma directa aquellas que son orgánicas, como los tés de compost y vermicompost, y el lixiviado de vermicompost. Estas soluciones pueden aplicarse en los sistemas de riego, lo cual las hace utilizables en sistemas de producción a gran escala.
Los abonos orgánicos de origen animal o vegetal, entre los que destacan el compost, el vermicompost y los biofertilizantes son opciones de fertilización que potencialmente pueden llegar a reducir el empleo de los fertilizantes inorgánicos y los costos de producción. Al respecto la combinación adecuada de abonos orgánicos y fertilizantes inorgánicos o sintéticos puede reducir el empleo de agroquímicos, en beneficio del ambiente y de la salud de los consumidores; al obtenerse cosechas y productos inocuos, con menor contenido de residuos químicos. Lo que tiene relevancia, debido a que el empleo de fertilizantes inorgánicos puede provocar desbalances nutricionales y disminuir la resistencia de los cultivos a los insectos plaga. Por lo que un enfoque alterno es usar cantidades reducidas de abonos orgánicos y complementar con fertilizantes inorgánicos.
Por otro lado, los extractos de algas marinas, Ascophyllum nodosum, han sido utilizados como bioestimulantes, debido a su contenido como son vitaminas, carbohidratos y proteínas que favorecen el crecimiento de la planta, retraso en la senescencia, adaptación a condiciones de estrés, lo que genera una mayor producción de los cultivos. Diversos estudios han demostrado el efecto de las algas marinas sobre la producción de la calabacita, tomate, Solanum lycopersicum L., espinaca, Spinacia oleracea L. y vid, Vitis vinifera L.
El empleo combinado de abonos orgánicos y fertilizantes sintéticos puede cubrir sus necesidades nutrimentales sin afectar la calidad y el rendimiento de frutos.
La simbiosis aporta beneficios como la promoción del crecimiento y mayor nutrición mineral de la planta cultivada.
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