TÉCNICAS Y LABORES CULTURALES ENCAMINADAS A ACRECENTAR LA PRODUCTIVIDAD EN PEPINO

img

 

 

Técnicas y labores culturales encaminadas a acrecentar la productividad en pepino.

 

A través de la implementación de una agricultura intensiva, se busca producir el máximo de cosechas con la menor ocupación posible del suelo. En el caso específico del pepino, bajo condiciones de invernadero la producción de esta hortaliza es 2 a 9 veces mmás alta que en campo abierto, dependiendo del nivel tecnológico, el manejo y las condiciones climatológicas, constituyendo asimismo una alternativa a la diversificación de cultivos en invernadero.

Para conseguir productividades de esos niveles, se recurre a una serie de técnicas con el objetivo de forzar la producción. Un ejemplo de este tipo de producción lo tenemos en el cultivo bajo invernadero. Este se orienta a obtener el más alto rendimiento, a costa de aislarlo de las condiciones naturales mediante el forzado del cultivo a través de técnicas de climatización –calefacción, humidificación, iluminación, etcétera– y técnicas culturales –fertirrigación, sustratos, etcétera– para rentabilizar al máximo la ocupación del terreno. Esta rentabilización implica una mejora en la utilización de los recursos naturales, agua y suelo.

La implementación de la producción hortícola en invernadero disminuye el riesgo de la producción, incrementa la rentabilidad del sector productivo además de que genera fuente de trabajo, disminuye la contaminación ambiental y los daños a la salud. El pepino se considera originario de la India, siendo domesticado en Asia y de ahí introducido a Europa, para posteriormente ser llevado a América por Cristóbal Colón. Los tipos más comunes de pepino son el americano, el europeo, el del este medio, el holandés y el pepino oriental. El pepino, Cucumis sativus L., pertenece a la familia de plantas cucurbitáceas, y es una hortaliza que se cultiva en condiciones tropicales y subtropicales alrededor del mundo. Sus frutos se consideran una buena fuente de minerales y vitaminas.

La planta de pepino demanda altas temperaturas y una condición de humedad en el suelo optima con el fin de alcanzar los mejores rendimientos; bajo condiciones climáticas desfavorables se pueden llegar a presentar diversos problemas tales como reducción en el número de flores femeninas, retraso en el crecimiento de los frutos y diversos desórdenes nutricionales. La acumulación de temperatura puede llegar a ser excesiva dentro de invernaderos con una deficiente ventilación y más aún en días soleados, pudiendo fácilmente alcanzarse los niveles críticos superiores. Por esta razón es importante asegurar una ventilación optima del invernadero así como una tasa de renovación del aire adecuada de forma tal que el aire caliente, húmedo y con baja concentración de dióxido de carbono sea renovado rápidamente por aire fresco proveniente del exterior.

La forma de poda más comúnmente usada en pepino bajo condiciones de invernadero consiste en eliminar por abajo de los 40 a 50 cm del tallo principal todos los brotes que salgan, al igual que las hojas y los frutos que se vayan formando. A partir de los 40 a 50 cm, se eliminan todos los brotes laterales que aparecen en el tallo principal, dejando un fruto en cada axila, hasta que este alcance el alambre superior usado para el entrenado de la planta. Una vez que una o dos hojas han desarrollado por arriba del alambre, el punto terminal del tallo principal es eliminado, dejando crecer libremente en el extremo superior de la planta dos brazos laterales, eliminando la yema terminal cuando la planta está cerca del suelo.

Una vez realizada la poda de formación sobre las plantas de pepino, el tallo principal sigue creciendo y generando nuevos nudos con chupones. Se deben dejar Únicamente los chupones que se forman por encima de los cincuenta centímetros de altura los cuales estarán ubicados en la zona de producción y crecimiento convirtiéndose en tallos secundarios. Estos tallos secundarios formarán nuevos nudos con hojas, flores y frutos. Se debe buscar siempre que cada tallo secundario forme tres nudos y que cada nudo contenga por lo menos un fruto; cuando el tallo secundario ha completado los tres nudos se debe quitar el punto de crecimiento del tallo secundario. Esta poda sobre los ejes secundarios se conoce como poda de mantenimiento. De esta forma el tallo secundario deja de crecer y los fotoasimilados que produce son destinados en su mayoría para el desarrollo de los frutos que contiene. Esta poda de mantenimiento se debe realizar semanalmente durante todo el ciclo de cultivo con el fin de mantener un balance entre el crecimiento vegetativo y reproductivo de la planta, además de mantener una producción constante durante todo el ciclo de cultivo.

Las plantas de pepino bajo invernadero presentan un crecimiento vigoroso caracterizado por la presencia de hojas grandes por lo que resulta necesario asegurar la máxima interceptación de radiación solar por parte de las hojas, siendo necesario mantener la planta erecta durante su ciclo de desarrollo por lo cual se emplea un sistema de tutorado que ayuda a mantener la planta levantada además de facilitar las labores culturales como las podas y las cosechas durante el ciclo de cultivo. El sistema de tutorado que se emplea más usualmente para la producción de pepino bajo invernadero utiliza un hilo o cuerda alrededor del cual se va enredando el tallo principal. Este hilo a su vez está soportado por el sistema de tutorado del invernadero.

Debido al rápido crecimiento de las plantas se recomienda realizar la labor de enredado semanalmente, la cual consiste en sujetar el eje principal de la planta con el hilo del tutorado girando el tallo sobre este.

Labores de sanidad y prevención de daños y enfermedades.

Una vez se ha realizado la cosecha de los frutos se deben retirar las hojas que inician el proceso de senescencia. Estas hojas generalmente se encuentran ubicadas en la parte inferior de la planta, y han producido los fotoasimilados necesarios para el crecimiento inicial de esta y el llenado de los frutos.

La labor de deshoje ayuda a disminuir el ataque de plagas y la presencia de enfermedades dentro del cultivo. Al retirar las hojas senescentes se ayuda a bajar las poblaciones de mosca blanca ya que generalmente presentan altas cantidades de ninfas de esta plaga. También al retirar las hojas senescentes se mejora la ventilación al interior de la planta la que ayuda a disminuir el ataque de hongos fitopatógenos como Botrytis. Es de vital importancia que al momento de realizar las podas los residuos de estas deben ser colocados en bolsas y retirados del invernadero. Estos residuos deben ser ubicados en la zona de compostaje de la finca con el fin de darles un correcto manejo ya que como se mencionaba anteriormente, muchos de estos órganos son fuente de infección de plagas y enfermedades.

La planta de pepino se ve sometida a diferentes condiciones de estrés que comercialmente se traducen en la reducción de la cantidad y/o calidad de los frutos producidos. Estas condiciones de estrés son debidas a la influencia tanto de factores climáticos como de las prácticas de manejo aplicadas.

El amarillamiento de los frutos se encuentra relacionado con el grado de madurez o senescencia del fruto, convirtiéndose en una característica indeseable para la comercialización en fresco del producto. Cuando el síntoma aparece en frutos jóvenes puede ser consecuencia de diversas causas entre las que se cuentan: altos contenidos de nitrógeno, falta de radiación, excesos de potasio, elevada conductividad eléctrica del suelo o déficit hídrico. Las anteriores causas provocan una maduración anticipada de los f frutos sin que hayan alcanzado su tamaño esperado impidiendo que puedan ser aptos para la comercialización. El amarillamiento durante la poscosecha puede ser consecuencia de la exposición de los frutos al gas etileno. Este gas provoca que los frutos pierdan su clorofila y tornen de color amarillo rápidamente.

El corazón hueco consiste en la formación de una cavidad hueca al interior del fruto. La expresión de este síntoma se encuentra asociada a factores genéticos, posibles deficiencias de boro o manejo inadecuado del riego. Aunque el daño no es visible, hace que el fruto afectado no sea comercializable. Como medidas de manejo se recomienda utilizar materiales de pepino que no sean susceptibles a este desorden, manejar adecuadamente la fertilización asegurando unos niveles óptimos de boro y mantener un programa de riego conforme a las necesidades hídricas de la planta evitando variaciones fuertes en los volúmenes aplicados. En cuanto a la composición y calidad del producto final, las mismas dependen del genotipo, manejo agronómico del cultivo –densidad de plantación, fertilización, irrigación, al igual que el control de plagas y enfermedades–, condiciones climáticas, estado de madurez a la cosecha y el método de cosecha.

La cubierta predominante en la agricultura protegida en México, con 47% es la de plástico, 50% de malla sombra, vidrio 2% y 1% de otro tipo de material

El tomate ocupa el 70% del volumen producido en invernadero, el pepino 10%, el pimiento 5% y otros cultivos concentran un 15%

Fuente


Newsletter

¿Quieres saber más? Suscríbete y recibe las últimas noticias de nuestro sitio web.